sábado, 17 de marzo de 2012

Un adiós a un viejo amigo.

En diciembre de 2001 junto a una amiga decidimos ir al cine a ver una de esas tantas películas de estreno que esa temporada estaban en cartelera. Decidimos ir al cine “de moda” en la ciudad. Debo aclarar que en mi ciudad todo tiene una “época de moda”. En ese momento de la historia el cine de moda era El Cine Alhambra, el mejor cine de la ciudad con proyectores nuevos y sonido digital envolvente, en pocas palabras una maravilla.

Obviamente la película no podía ser otra que “El Señor de los Anillos – La Comunidad del Anillo” y como ya sabrán esa ida al cine marco un antes y un después en mi vida, tanto personal, como en mi vida de cinéfilo. Pero este post no es sobre mi vida.

El Cine Alhambra por muchos años se convirtió en sitio obligado para desconectarse de la realidad y viajar al fantástico mundo del séptimo arte, donde los sueños se hacen realidad, los malos pueden ser muy malos, los buenos muy buenos y muchas veces todo termina en un final feliz. Felicidad que te llevas a casa y te sientes muy bien.

Lamentablemente el pasado 4 de marzo de 2012 la magia del Cine Alhambra se apago. En su página de Facebook sus propietarios anunciaron para esa tarde y noche las últimas funciones del Cine Alhambra y con su cierre se daba el fin a una Era.

Muchos fueron los factores que motivaron que el Cine Alhambra terminara por cerrar, entre ellos las construcciones de las Salas de Cine de franquicias internacionales en los inmensos Malls de la ciudad o la construcción de la Linea 1 del Metro de Ciudad de Panamá. El primero de esos factores acaparo la audiencia cautiva del Cine Alhambra y el segundo acabo con la paciencia de los pocos fieles cinéfilos que visitaban el Cine Alhambra pues los congestionamientos automovilísticos hacían casi imposible llegar al cine.


Sumado a esos dos grandes problemas tenemos que aceptar que el Cine Alhambra permaneció siendo una capsula del tiempo y no supo actualizar sus instalaciones, audio, proyectores y servicios al cliente, en el momento justo para ser competencia de los cines de franquicias internacionales que plagaron la ciudad.

Así me encontré al Cine Alhambra, detenido en el tiempo, en mi última visita que realice en Agosto de 2011. Entrar a sus salas era encontrarse con la nostalgia de los años dorados del cine familiar en mi ciudad. Hoy ya nada puede devolvernos el Cine Alhambra, pero nadie nos puede quitar los gratos momentos, las anécdotas y las aventuras que vivimos en el mágico mundo del cine.

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